La gran mayoría, conocéis mi afición a recopilar y ordenar imágenes, datos o anécdotas de la familia con el deseo de conservarlas y darlas a conocer. Para llevarlo a cabo la red de redes me ha puesto en bandeja este blog, una especie de diario personal que me permite actualizarlo y añadir información fácilmente; pero a estas páginas personales hay que ponerles un nombre y hace algún tiempo revisando fotografías antiguas encontré una que me llamó la atención sobre todo la dedicatoria que figuraba al dorso, pues decía que ese retrato iría a parar "... al baúl del niño Federico". La curiosidad me obligó a preguntar a mi madre y mis tías sobre él y me confirmaron que se trataba de una pequeña arca en la cual "Mama Rosario", guardaba todo lo importante y en esa época una fotografía lo era. Y pensé que ya tenía nombre para mi blog y además me permitía continuar con la tradición de conservar los hechos de la familia en un baúl, aunque ahora sea virtual.

Espero que me ayudéis a mantenerlo con vuestro seguimiento, comentarios y enviándome información para ampliarlo.
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lunes, 17 de mayo de 2010

OTRO BEBÉ

Hoy inserto la foto de otro bebé, éste por desgracia ya no está con nosotros y sinceramente, los echamos de menos. Es imposible no recordar algunas de sus constantes sus bromas, su carácter alegre o las migas y el aceite y vinagre que siempre estaba dispuesto a preparar para quién fuera. ¿Ya sabéis quién es?, pues sí, es él, el tito Juan José.
Esta desde luego debió ser su primera foto y la verdad es que no tiene desperdicio.
Nació en febrero de 1920 y en la imagen debe tener unos diez meses más o menos, en ella ya se le veían brillar sus vivarachos y pillos ojos azules, su gran tamaño ya nos indicaba la planta de galán que tendría.
No sabemos quién lo tiene tan bien cogido para que el fotógrafo haga su trabajo, pero debió ser alguien de su confianza, posiblemente papa Mariano, por eso se encuentra tan tranquilo, todo desnudito, encima de una mesa que le viene pequeña.
Pero fijaos bien en otro detalles del retrato, por ejemplo, como lo mira el perrito que le sirve de apoyo, ¡y eso que es de cerámica!, o en el colgante que lleva que debe ser alguna medalla religiosa, pero hay que mirar detenidamente el reloj, un reloj de caballero que casi le tapa la muñeca y que si la foto tuviera más calidad nos diría hasta la hora en que se hizo el retrato, pero es que además es de pulsera, algo realmente extraño en la época. ¿De quién sería?, de algún familiar o del propio fotógrafo que lo llevaba como adorno para su trabajo.
Creo que nos quedaremos sin saberlo pero, a mí al menos me pasa, cuando veo estás imágenes me da por pensar que ocurría en esos momentos en esa sala, en las personas que debían estar en ella, en lo que pensarían o hablarían.
Pero estoy seguro que ninguno de ellos imaginaba que volvería a estar dentro del baúl, aunque sea virtual.

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